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Estetica Facial
La piel es un órgano que cumple funciones específicas fundamentalmente para la vida. Protege al organismo de las agresiones externas, constituyendo una barrera física, bioquímica e inmunológica. Ejerce un efecto de filtro favoreciendo o impidiendo la eliminación o absorción de sustancias, como agua, sales y toxinas. Tiene terminaciones nerviosas que constituyen el sistema sensorial, percibiendo estímulos mecánicos, térmicos o dolorosos. Tiene un comportamiento metabólico importante ya que realiza la síntesis de la vitamina D.
La piel está constantemente sometida a las agresiones externas que alteran sus parámetros normales fisiológicos, lo que hace necesario realizar una serie de prácticas cotidianas que preserven o restauren su equilibrio. Antes de comenzar un plan de prevención o recuperación de la epidermis, resulta útil conocer algunos aspectos de esta para comprender la importancia de cuidarla y saber elegir los productos específicos para cada caso.
Estructura de la piel:
Sabemos que la piel está formada por 3 capas:
EPIDERMIS: La capa exterior que refleja el estado de nuestra salud y la calidad de nuestros cuidados.
DERMIS: Es la capa donde verdaderamente se gesta el proceso de envejecimiento y está constituida por 3 elementos principales:
Fibras de colágeno, que dan a la piel fuerza y firmeza.
Fibras de elastina, que le proporcionan elasticidad y tersura.
Una matriz gelatinosa de polisacáridos, que las envuelve y que es responsable de la capacidad de la piel para retener la humedad. Una matriz sana de los tres elementos logra una piel fuere, suave, tersa, firme e hidratada.
SUBCUTIS: Es el nivel más profundo, consiste principalmente en tejido conjuntivo y deposito de grasa.
En la actualidad es ampliamente sabido que los rayos UVA y UVB son la causa primordial de la mayor parte de los signos de envejecimiento. La diferencia entre los rayos reside en la longitud de onda, los segundos penetran profundamente en la piel, directo hacia la dermis. Así rompen la matriz gelatinosa y el patrón suave de las fibras de colágeno y elastina. Cuando este patrón fino se deteriora la piel pierde su elasticidad, flexibilidad y habilidad para retener la humedad. Además cuando la piel empieza a tener una falta de ciertas sustancias que la mantienen fresca y flexible, las células comienzan a renovarse más lentamente y se van volviendo más opacas, densas y resecas, entonces la falta de flexibilidad produce el pliegue o arruga.
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Tipos de piel:
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Normal
Seca
Grasa
Mixta
Con variantes
Las características determinantes del tipo de piel son:
-Brillo
-Poros
-Textura al tacto
-Color
TEST:
A B C D
Brillo: Mate – Marchito – Graso – Opaco
Poros: Apenas visibles – Muy cerrados – Abiertos – Gruesos
Al tacto: Suave – Áspero – Untuoso – Acartonado
Color: Uniforme blanco – Rosado pálido – Uniforme rojizo – Manchas solares
Mayoría de A: Piel normal.
Mayoría de B: Piel seca.
Mayoría de C: Piel grasa.
Mayoría de D: piel mixta
Combinatorias de diferentes opciones: Pieles con variantes.
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Clasificación de la piel:
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Existen básicamente tres grandes grupos, aunque en realidad las variantes sean muchas más. Decir que la piel puede ser seca, normal o grasa es sólo una primera aproximación, ya que por lo general surgen otras variantes, por lo cual un mismo rostro puede combinar diferentes características.
Piel normal:
Es el tipo ideal, porque su aspecto es liso, con poros cerrados y textura aterciopelada. Esta piel goza de un perfecto equilibrio y un adecuado desarrollo de las glándulas y las células. Es la piel más fácil de tratar y resulta suficiente con una buena crema de limpieza y un hidratante liviano.
Piel seca:
Es la que presenta signos de envejecimiento más temprano. La grasa y la humedad que posee no son suficientes y, por lo tanto, carece de elasticidad. Es por ello que las arrugas cuando se tiene piel seca se marcan fácilmente, especialmente alrededor de los ojos y la boca. La sequedad de la piel se corrige con la aplicación de cremas nutritivas, máscaras de aceite y una alimentación correcta en base a verduras y frutas, descartando el café y las bebidas alcohólicas.
Piel grasa:
Es difícil de tratar. Lo primero en advertirse son los poros abiertos y el brillo en el rostro. Tiene textura grasa y habitualmente se acompaña de afecciones cutáneas como comedones, forúnculos y tendencia al acné. Requiere cuidados específicos y una dieta balanceada con escasos alimentos grasos. Este cutis tiene a pesar de todo una ventaja, que es el tipo de piel que presenta menor predisposición a las arrugas. Es muy raro encontrarse con este tipo de piel puro, lo más común es un cutis mixto, con frente, nariz y mentón grasos (se denomina zona T) y con las mejillas de piel seca o normal.
Piel con variantes:
Además de pertenecer a uno de los grandes tipos conocidos, la piel puede adoptar características que hacen necesarios cuidados más específicos.
Piel deshidratada:
Es un estado transitorio y no es un tipo constitucional de piel. Suele presentar un aspecto mate marchito que es ocasionado por factores climáticos, problemas psicológicos o falta de agua. Se observan arrugas en la frente, alrededor de los ojos y en el labio superior. La pérdida de humedad temporal causa una piel fláccida, reseca y áspera. Se soluciona bebiendo mucha agua, aplicando lociones hidratantes durante varias veces al día.
Piel sensible:
Puede ser de tipo seco o graso. Carece de una protección natural ante los factores externos. Se irrita fácilmente, factor que hay que tener presente en el momento de elegir cremas y lociones. Es habitual que este tipo de piel no tolere el uso de productos comunes y reaccione con enrojecimiento o descamaciones. En estos casos, para evitar una reacción alérgica es conveniente suspender el tratamiento ante la manifestación de cualquier anormalidad, ya que una piel normal puede volverse sensible a un producto que utilizaba habitualmente.
Piel asfixiada:
Es consecuencia de una irrigación sanguínea escasa o por una elección incorrecta de productos cosméticos astringentes. El resultado es que los poros terminan cerrados por completo, a lo que la epidermis reacciona presentando pequeños quistes de color blanco, particularmente en las áreas cercanas al nacimiento del cabello. Esta piel es rugosa y áspera al tacto. Se soluciona con una limpieza profunda y una máscara exfoliante.
Piel desvitalizada:
Es sumamente sensible a todo cambio inesperado, cualquier enfermedad, pérdida de peso, alteración nerviosa o tan sólo el paso de los años. Estos factores dejan huellas casi permanentes en la piel. Puede verse ajada y ponerse fláccida. Puede aparecer arrugas y producirse sequedad.
Piel fina:
Su característica es la sensibilidad a los cambios climáticos. Su aspecto es suave, con poros cerrados y rápida aparición de reacciones a tratamientos fuertes. Es conveniente evitar los productos que contienen alcohol como ciertas lociones tónicas.
Piel gruesa:
Los poros están visiblemente dilatados. Es un tipo de piel que resiste a tratamientos agresivos como el peeling pero tiene la desventaja de absorber rápidamente la contaminación del ambiente. Por eso se recomienda limpiarla dos veces al día y evitar los productos muy espesos que intensifican el problema.
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Tratamientos:
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Normal:
Es fácil de limpiar. A partir de los 20 años ya se debe utilizar una crema humectante; después de los 30, debe combinarse el tratamiento con una crema nutritiva y una crema especial antiarrugas, para usar alrededor de los ojos. Una vez por semana conviene aplicar una crema humectante para prevenir la deshidratación. A los 40, la piel normal comienza a volverse un poco seca, lo que se soluciona aplicando además de la crema nutritiva, una crema vitaminizada y de reconstitución celular 2 veces por semana. De los 50 en adelante, conviene utilizar máscaras nutritivas y de aceites, hasta 3 veces por semana.
Seca:
Lo primero que se debe evitar en este tipo de piel es evitar tirones y masajes fuertes, ya que por su delgadez, éstos pueden provocar irritaciones. Para prevenir la formación temprana de arrugas hay que limpiar la piel con una buena leche limpiadora y retirarla con un tónico suave que active la circulación. A los 20 años ya es conveniente utilizar crema nutritiva liviana. A partir de los 25 debe usarse también una crema hidratante todos los días y una máscara nutritiva una vez por semana.
A partir de los 30 hay que ser más estrictos con los cuidados y aplicarse la crema hidratante por las mañanas, la nutritiva por las noches y una antiarrugas alrededor de los ojos, sin olvidar las máscaras de aceites 2 o 3 veces por semana. Desde los 40 conviene comenzar con cremas de regeneración celular.
Grasa:
El cuidado principal de este tipo de piel es la limpieza. Debe efectuarse correctamente, ya que de lo contrario el cutis lucirá opaco. Utilizar leche o lociones y evitar las cremas espesas. A partir de los 20 años la piel grasa necesita una aplicación semanal de una máscara astringente. Este tratamiento debe continuarse a los 30 años, aunque combinándolo con la aplicación de crema nutritiva liviana por la noche, evitando colocarlo en las zonas más grasas del rostro (la T). A los 40 años, resulta muy común que la piel grasa se vuelva piel asfixiada, haciendo necesaria la aplicación de una crema hidratante 3 veces por semana. A partir de los 50, es necesario colocarse una crema nutritiva antiarrugas y una vez a la semana una máscara rejuvenecedora.
Mixta:
Los cuidados son similares a los de la piel grasa. Limpiar el rostro 2 veces por día con un producto suave y utilizar máscaras purificadoras para piel grasa, sólo en la zona T de frente, nariz y mentón. Elija una crema hidratante sin componentes grasos.
Cualquiera sea el tipo de piel es indispensable el agua. Si el cuerpo está constituido en gran parte por agua, solo la piel representa el 10% del peso corporal (6 kilos para una persona de 60 Kg.). La mayor parte del líquido está situado en la dermis, la zona más profunda de la piel. El resto se reparte entre la epidermis de Malpighi (120 mililitros), que es la parte viviente de la epidermis; y la capa córnea (20 mililitros, que es la parte visible de la piel. Esto significa que los 20 mililitros de agua son esenciales porque otorgan a la piel toda su elasticidad. Si la piel tira, pierde su suavidad, se vuelve frágil o rugosa, es decir, se ve reseca.
La piel es un órgano de intercambio entre el exterior y el interior del organismo que cumple las funciones de eliminación y absorción, y son las moléculas de agua las que le permiten realizar esta tarea.
Fisiológica e independientemente de los fenómenos térmicos o de la transpiración, perdemos el agua a través de la capa córnea. Estas pérdidas llamadas insensibles varían según la tasa de humedad de la atmósfera. Cuanto más baja mayor es la pérdida, de este modo, a la inversa a partir de una tasa del 85% de humedad ambiental esta transpiración insensible ya no es necesaria para el organismo y se interrumpe. Sin embargo, las condiciones climáticas no son las únicas causas de decaimiento cutáneo.
Los excesos de higiene y la utilización de jabones para lavar el rostro, también son responsables frecuentes de este problema. Los jabones disuelven los lípidos que forman la emulsión epicutánea, la primer barrera contra la deshidratación. Los atacantes como el frío, el aire seco de los ambientes climatizados y las lociones alcoholizadas no tienen más que atravesar entonces la brecha abierta y lanzar una nueva ofensiva, que es la segunda etapa del proceso de deshidratación. Esta vez irán sobre las células de la capa córnea que están desprotegidas. Éstas dejan escapar entonces, componentes como FNH (Factores Naturales de Hidratación), que son unas moléculas comparables a una microesponja. El resultado de esto es que no puede retener el agua y la superficie de la piel comienza a presentar todos los síntomas de deshidratación.
Las cremas Scam Mafar Group antiarrugas contienen 3 tipos de ingredientes:
LOS PRINCIPIOS ACTIVOS:
Colágeno, los extractos vegetales y las vitaminas que actúan en forma terapéutica contra el envejecimiento.
LOS VEHÍCULOS:
Liposomas que permiten que los principios activos penetren en profundidad.
SUSTANCIAS QUÍMICAS:
De estos elementos dependen el color, la consistencia.
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Efectos de las cremas hidratantes:
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-Trabajan sobre dos mecanismos; activos o pasivos. Ambos pueden ser combinados en una única fórmula cosmética para una actividad máxima. Aportan a la piel elementos capaces de retener el agua en la superficie o de difundir más en profundidad. Disminuyen así la pérdida de agua, reconstruyendo artificialmente la película grasa a sustancias llamadas "humectantes". Estas sustancias hidrófilas captan las moléculas de agua en suspensión en el aire y la retienen sobre la capa córnea.
-En cuanto a la reconstrucción de la pared lipídica, se efectúan gracias a la presencia de sustancias llamadas "oclusivas", que crean en la superficie una película semipermeable. Estas sustancias retienen así el agua en el interior de la capa córnea.
Estos componentes son los hidrocarburos como la vaselina, aceites, ceras siliconadas, ceramidas, fosfolípidos, vitamina E y liposomas.
¿Cuánto tiempo dura el efecto hidratante de una crema?
Depende de su composición exacta y de la necesidad de la piel. Las que penetran mejor en las capas superiores de la epidermis, fijando el agua y liberando los activos paulatinamente, son las que tienen efecto más prolongado. Por otra parte, después de la utilización regular de una crema, durante al menos 21 días, el efecto hidratante se prolonga durante varios días después de la aplicación de la crema.
En la capa córnea hay células muertas ¿cómo se puede hidratar esta capa realmente?
Las células no mueren todas al mismo tiempo.
En la superficie hay células vivas y muertas que se presentan en capas superpuestas, imbricadas como tejas de un tejido unidas por lípidos, formando un cemento unicelular. Estos lípidos son principalmente ceramidas, que retienen agua, si esta barrera deja de ser perfectamente cohesiva, el agua escapa y la piel se deshidrata. Para consolidarla, los cosméticos contienen ceramidas en sus fórmulas.
Acné: Esta alteración cutánea que generalmente afecta a los adolescentes se puede extender más allá de los 30 años. Se debe a una transformación glandular que es causada por diversos factores, tales como trastornos hormonales, digestivos y psíquicos. Cualquiera de estas causas puede provocar que se altere el funcionamiento de las glándulas sebáceas y provoca que comiencen a trabajar más. Esto produce una secreción excesiva de grasa que obstruye los poros de la piel, causando los típicos comedones o espinillas de acné. De nada sirven en estos casos los tratamientos caseros, que sólo pueden empeorar el cuadro, por lo tanto es fundamental consultar a un especialista para que indique el tratamiento a seguir. Generalmente se recomienda limpiar las zonas afectadas y usar sustancias antisépticas y antiseborréicas. Se debe realizar una buena dieta, evitando alimentos grasos y harinas refinadas. Es conveniente realizar deportes para lograr una mejor oxigenación, que favorezca la eliminación de toxinas.
RADICALES LIBRES
A mediados de la década del 50, los investigadores postularon la Teoría de los Radicales Libres, y predijeron que los compuestos altamente reactivos derivados del oxígeno causan severos daños moleculares y que estos efectos tienen relación con el envejecimiento y la aparición de ciertas enfermedades.
Un radical libre es una molécula o un fragmento de la misma, altamente reactivo, ya que posee una carga eléctrica suplementaria, es decir, un electrón libre. Es por lo tanto, muy inestable y reacciona con las moléculas vecinas para estabilizarse. Esta primera reacción desata una serie de reacciones en cadena que pueden alcanzar a miles de moléculas, de esta manera oscila y alteran los tejidos del organismo y contribuyen al envejecimiento. Sin embargo, en el lugar apropiado, los radicales libres son útiles, por ejemplo para destruir bacterias. El problema comienza cuando su porcentaje es elevado, o se localiza en una zona equivocada y produce diversos daños dando origen entre otros males al envejecimiento.
Son muchas las sustancias que pueden generar radicales libres. El principal productor es el oxígeno. Hasta el momento se conocen tres radicales libres del oxígeno. Estos son: el anión superóxido, el peróxido de hidrógeno y el radical hidróxido.
La vejez ocurre como consecuencia de la acción oxidante de sustancias producidas durante la respiración celular, los radicales libres del oxígeno u oxígeno activo. Se sabe que el oxígeno puro es un gas tóxico, y que respirar aire con elevada presión de oxígeno produce serias alteraciones neurológicas. De hecho, respirar es sinónimo de vivir. Así es que incorporamos oxígeno para nuestras combustiones internas. Muchas de estas combustiones son incompletas y generan los mentados radicales, de altísimo poder oxidante. Éstos atacan fundamentalmente las membranas de las células, llegan al núcleo, donde inducen mutaciones en el ADN, lo que altera el funcionamiento de la célula y finalmente a la muerte celular.
Además del oxígeno, existen otros agentes externos en nuestro medio ambiente que actúan como productores de radicales libres: Las radiaciones UV en la exposición al sol, metales tóxicos, el ozono, etc. Por otra parte, cuando los radicales libres atacan a los lípidos, especialmente las grasa poli-insaturadas, producen, luego de varias reacciones químicas (perioxidación), otros radicales libres. Estos provocan el envejecimiento en varias formas: Por un lado dañan el ADN y el ARN de las células que nuestro organismo necesita para sintetizar las proteínas y las enzimas, y por otro, atacan la membrana celular, lo que frena el paso de los nutrientes a la célula y la eliminación de los desechos, provocando una muerte lenta de las células.
Los radicales libres también atacan directamente a las proteínas por un mecanismo llamado Crosslinkje. Por ejemplo, a nivel de la piel este mecanismo actúa sobre el colágeno (que es una proteína) y es responsable del envejecimiento de la piel que se traduce en arrugas, deshidratación, pérdidas de elasticidad, etc.
Los radicales libres contribuyen a la aparición de la lipofuscina, o sea el pigmento que forman las manchas de la vejez, que se debe a la acción de los radicales libres sobre los lípidos.
Por determinadas razones, en algún momento de nuestra vida, ya sea por factores externos (dieta inadecuada, estrés, toxicomanías como el tabaco y el alcohol) se produce un desequilibrio entre las defensas y los radicales libres. Entonces estamos ante lo que se llama estrés oxidativo, que indica el daño que sufren las células por el aumento de la producción de radicales libres.
Frente a la acción de peligrosas moléculas derivadas del oxígeno, las células desarrollaron un verdadero mecanismo de defensa, una batería capaz de neutralizarlos: los antioxidantes.
La velocidad fisiológica resulta de un equilibrio entre la producción de radicales libres y la cantidad de antioxidantes que tenga el organismo. Un concepto asociado con los hábitos alimentarios, las horas de sueño, las condiciones de trabajo, la actividad física, nuestra tendencia tóxica (tabaquismo, alcoholismo, drogadependencia) las formas de resolver de la vida cotidiana.
El organismo también lucha contra el envejecimiento a través de la ingestión de ciertos nutrientes que combaten a los radicales libres. Estos alimentos son antioxidantes naturales y actúan, como el selenio, por ejemplo, formando parte de las enzimas anti-radicales libres, otros potencian la acción de estas enzimas o protegen directamente al organismo de la oxidación produciendo enzimas que destruyen los radicales libres. Se trata en particular de la superoxida y la glutation peróxido.
Esta última, por ejemplo, bloquea la producción de radicales libres a partir de las grasas y destruye los ya existentes.
Con la edad, en especial debido a la alteración del ADN celular, dejamos de sintetizarlas bien, por lo tanto, las defensas decaen teniendo que recurrir a suplementos antioxidantes.
Los estudios más recientes señalan a la vitamina E, la C, selenio, zinc y el betacaroteno como los más potentes antioxidantes.
Vitamina A: Sobretodo el betacaroteno (Provitamina A) destruye los radicales libres generados por el oxígeno. El betacaroteno evita los efectos de la oxidación que se traducen en la destrucción del cromosoma de la célula. Otra virtud es que reactiva la función de las células T, cruciales en nuestro sistema inmunológico.
Fuente natural: Zanahoria, espinaca, tomate, lechuga, y otras verduras de hojas, espárragos, melón, damasco, naranja, etc.
Vitamina E: Potencia la acción del glutation peroxidasa y protege las grasas de la oxigenación que llevan a cabo los radicales libres.
Fuente natural: Germen de trigo, avellana, almendra, verduras de hoja (lechuga, espinaca), cereales integrales y aceite de hígado de bacalao.
Vitamina C: Impide la síntesis de sustancias llamadas nitrosamina, agentes cancerígenos que generan radicales libres y protege también a los pulmones contra el ataque de los radicales libres.
Fuente natural: Frutas frescas (frambuesas, limones, naranjas, kiwi), verduras frescas, sobre todo el repollo, brócoli y papa.
Selenio: Es esencial para la síntesis de glutation perioxidasa, una de las enzimas encargadas de destruir los radicales libres. En los EE.UU. se ha observado que en regiones donde el suelo es rico en Selenio, el índice de mortalidad por enfermedades degenerativas como el cáncer y problemas cardíacos, es más bajo.
Fuente natural: Leche y productos lácteos, pescado, espinaca, legumbres verdes y almendras.
Zinc: Forma parte de la superoxida disminutasa. Su presencia también es indispensable para la acción de otros antioxidantes como por ejemplo la Vitamina A.
Fuente natural: Mariscos, carne (sobre todo el hígado), cereales integrales, trigo germinado y levadura.
Para prevenir el envejecimiento cutáneo, una de las formas es actuar contra los radicales libres que se forman naturalmente en la piel por la acción de diversos factores externos e internos como por ejemplo: herbicidas, contaminantes ambientales provenientes de la combustión de los motores, radiaciones ionizantes, ciertos venenos, luz UV solar, tabaquismo, estrés, bacterias, virus, etc. El organismo cuenta con distintas sustancias naturales capaces de destruirlos. Con el paso del tiempo esa capacidad va disminuyendo.
Los radicales libres producen entre otras cosas:
* Alteración de la estructura de colágeno y elastina.
* Destrucción de los lípidos de membranas celulares, alterando su función.
* Degradación del ácido hialurónico.
* Mutaciones del ADN, etc.
Los productos A.R.L. están formulados para combatir el envejecimiento cutáneo por la destrucción de los radicales libres.
Usados como rutina, se observan los resultados al poco tiempo en forma de:
-Mejor coloración cutánea por estimulación de la circulación superficial
-Mayor elasticidad y suavidad por proteger la elastina, el colágeno y el ácido hialurónico.
Los principios activos se encuentran formulados de forma tal que se liberan lentamente sobre la piel, lográndose un efecto cronocosmético exclusivo (perduración en el tiempo).
La composición de los lípidos que poseen los productos reconstituyen el cemento natural que cohesiona las células del Stratum Corneum facilitando la retención de la humedad epidérmica.
Químicamente son ácidos grasos altamente insaturados, esencialmente para la piel y denominados Omega 6, extraídos del Aceite de Borago y de la raíz de Primula (Oenothera Biennis).
Rejuvenecimiento de la piel: Al disolverse el gluten intercelular que envuelven las células, los AHA descascaran las capas superficiales de la piel, dándole un aspecto más joven.
Solución para el acné: Esta sustancia exfoliadora es efectiva para el acné porque remueve las células muertas que obstruyen los folículos y contribuyen a su desarrollo.
Suavidad y brillo en la piel: Los AHA pueden estimular el crecimiento de colágeno y elastina que mantienen a la piel sana y suave, dándole más brillo.
Para evitar que estos productos irriten la piel deben poseer una concentración de ácido del 8% al 12%, entre el 12 y el 15% deben ser recetadas por el especialista. Con más de 70% se utiliza para peelings químicos. La mayoría de los AHA parecen no tener efectos colaterales. Son no tóxicos y no hacen a la piel más sensible al sol. Los resultados más efectivos de los AHA comenzarán a verse entre 1 y 4 semanas de haber comenzado a usarlas.
Lipo hidroxi-ácido:
(betahidroxiácido BHA) Último descubrimiento que llevó más de 10 años de investigación y con ella se consiguió crear un producto que responde eficazmente al problema del envejecimiento cutáneo, y al mismo tiempo, asegura la nutrición adecuada de la piel.
Las diferencias más notables entre los efectos de los AHA y los LHA son que los primeros provocan la exfoliación de la piel de una forma más agresiva sin que haya una renovación celular, es decir que, después del tratamiento la piel queda seca. En cambio los LHA si bien tienen también un efecto exfoliador, este es menos agresivo y tiene en su fórmula un estimulante que actúa como renovador celular asegurando la adecuada nutrición de la piel.
El BHA es ácido salicílico (aspirina). Sus características químicas hacen que sea necesaria una concentración mucho menor para obtener los mismos resultados que de los AHA (solo un 1% de LHA contra 10% de AHA).
Alfahidroxiácidos:
Los AHA son compuestos químicos extraídos de la naturaleza. Se encuentran presentes en diversos alimentos como la caña de azúcar, manzana, leche, etc.
Los AHA comúnmente utilizados en Cosmetología son el Glicólico y el Láctico.
Mecanismos de acción:
promueven la síntesis de colágeno en las profundidades de la piel. Reduce la cohesión de los queratinocitos y previene el engrosamiento del estrato córneo.
Indicaciones:
- Exfoliación cutánea de diversa índole en base a la concentración de estos ácidos.
- Tratamiento de las arrugas profundas y surcos.
- Tratamiento de la queratosis actínica. Atenúa la discromia y secuelas de acné.
- Gran acción benéfica sobre pieles secas, ictiosis, manchas seniles, psoriasis, pieles fotoenvejecidas, hiperqueratosis.
Cosméticamente y en tratamientos involutivos cutáneos se utilizan los ácidos Glicólico y Lácticos solo o en conjunto, en concentraciones que van de un 5 al 10%. Hay que tener gran cuidado en las concentraciones altas, ya que se producen fenómenos inflamatorios que pueden dejar manchas de color oscuro.
Liposomas
Son pequeñas vesículas obtenidas por ultradispersión de fosfolípidos en medio acuoso, permitiendo encapsular en su interior sustancias activas solubles en agua. Esta peculiar molécula química comenzó a verse interesante por sus propiedades como coloides, protectores, emulsionantes y antioxidantes. Son especiales microdispersiones acuosas de fosfolípidos, las cuales tiene propiedad gracias a que aquellos son emulsionantes y tensoactivos. Es una suspensión acuosa de los fosfolípidos aislados del cerebro bovino. Estos son similares a los hallados en las células de la epidermis y en los espacios intercelulares de la capa córnea. Este liposoma, por su composición química similar en sus fosfolípidos a los de la piel contribuye a la rápida regeneración de la barrera epidérmica dañada, así como a la reconstrucción de los lípidos contenidos en las membranas celulares y en los espacios intercelulares. Además, facilita la retención acuosa de la membrana y disminuye la pérdida de agua transtérmica.
Máscara de colágeno
La piel se deteriora y por el paso del tiempo, pierde su natural elasticidad, formando las arrugas y los surcos que se manifiestan con mayor intensidad sobre el rostro. La intemperie, el sol y las características propias de los músculos faciales, aceleran ese deterioro y las señales más visibles del mismo, se registran mucho más temprano en el rostro que en el resto del cuerpo. Cuanto más rápido se actúa con tratamientos cosméticos adecuados, tanto mejores serán los resultados que producirán una mejoría en el brillo, elasticidad y tersura epidérmica.
Composición:
* Minerales cosméticos que se absorben sobre la superficie cutánea y arrastran todas las células muertas del Stratum Corneum, facilitando la reposición de las células que vienen de lo profundo de la epidermis. De esta manera, cuando la máscara se retira de la piel deja mayor suavidad, tersura y transparencia. Esta máscara posee también, una elevada proporción de colágeno hidrolizado, el cual facilita la retención de agua epidérmica y mejora la elasticidad y turgencia.
* La loción diluyente contiene liposomas cuyos corpúsculos microesféricos penetran rápidamente a través de la barrera del Stratum Corneum, y conducen al interior de las capas más profundas epidérmicas, los fosfolípidos extraídos del cerebro bovino aumentan la cohesión del cemento que aglutina a las células del Stratum Corneum.
Tratamiento: Se sugiere realizar el tratamiento dos veces por semana. La máscara se deja actuar de 20 a 30 minutos, durante los cuales se produce el efecto reafirmante.
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